Los trenes estuvieron presentes en mi niñez, de un modo muy entrañable. Con el tiempo, siempre me gustaron las películas en que aparecieran y ligaran las vidas de los personajes de un modo u otro. Los veo como un símbolo espiritual de tránsito que une lugares, emociones, historias e incluso diferentes períodos de tiempo.

sábado, 20 de septiembre de 2008

3.10 a Yuma 1957


En el Territorio de Arizona de los años 1880, el ranchero Dan Evans (Van Heflin), necesitado de dinero se ofrece como voluntario, junto con el borracho del pueblo, para trasladar en una diligencia a un peligroso ladrón, Ben Wade(Glenn Ford), líder de una pandilla, a una estación de tren para que aborde el expreso a Yuma, donde está la penitenciaría del condado. El ranchero sólo quiere dinero, el forajido ofrece comprarlo, y el tren tarda demasiado en llegar. El borracho cae bajo las balas de un secuaz de Wade. Todavía vivo, es colgado de una lámpara. Esto refuerza en Dan el deber de cumplir con su misión. Ben Wade finalmente desiste de escaparse. Un poderoso drama moral sobre personas que aparecen impotentes antes fuerzas superiores.

Cuando se estrenó en el verano de 1957, esta película se hizo muy popular entre auditorios y críticos por igual, por el suspenso de su trama y su excelente cinematografía en blanco y negro. Ford tuvo un particular éxito por su interpretación tipo villano. El año siguiente, 3:10 a Yuma fue nominado por la British Academy of Film and Television Arts como Mejor Película.

La película se ha hecho estable en la televisión por cable y ha ganado a un auditorio de varias generaciones. Una nueva versión se estrenó en 2007.

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